lunes, 12 de marzo de 2012

La obesidad





















Un factor condicionante de muchas dolencias




La obesidad es una enfermedad crónica que puede ser controlada siempre y cuando se recurra al tratamiento médico. Se produce como resultado de un consumo excesivo de grasa, lo que se traduce en acumulación de grasa corporal. En esto intervienen múltiples factores, desde los genéticos, hasta los ambientales, emocionales y conductuales.



El problema de la obesidad

Si la obesidad se prolonga demasiado tiempo, la persona se hace más susceptible a contraer una serie de enfermedades. Según el médico internista y endocrinólogo, Fausto Garmendia, la proporción de grasa corporal puede producir diabetes mellitus, hipertensión arterial, colesterol, así como modificaciones respiratorias y la arteriosclerosis, enfermedad que va cerrando progresivamente el calibre de las arterias.







"Cuando esto ocurre - sea en el corazón, el cerebro o en los miembros exteriores - las arterias se van obstruyendo y ocasiona condiciones que ponen en peligro la salud de la persona como es el caso del infarto al miocardio, hemorragia cerebral o la gangrena de la pierna", señaló.

Se estima que aproximadamente el 30 % de la población nacional es afectada con el sobrepeso mientras que un 18 % padece de obesidad. Sin embargo, lo más preocupante es que sólo el 4 % de ellos acude a una consulta médica, lo cual demuestra que la obesidad sigue siendo considerada un problema estético y no como un factor de riesgo.

"Es importante mencionar que la obesidad tiene factores genéticos como ambientales, es decir que existen personas que tienen mayor propensión a ser obesos que otras. Además de eso, los factores ambientales inducen a que la persona coma más y haga menos actividades", precisa Garmendia.






Problemas que pueden surgir de la obesidad




Diabetes tipo 2

La obesidad ha sido reconocida como el factor de riesgo modificable más importante para el desarrollo de la diabetes tipo 2 (diabetes no insulinodependiente). Los estudios a largo plazo han confirmado la asociación entre un índice de masa corporal (IMC) elevado (relación peso / talla) y un mayor riesgo para desarrollar diabetes.

Así, existe una relación inmediata entre la diabetes de tipo 2 y la obesidad. Los obesos se encuentran entre el 80 % y 90 % de las personas que sufren esta enfermedad. Esta es una realidad generalizada que se presenta no solamente en los países desarrollados y en las naciones recientemente industrializadas sino también en los países en vías de desarrollo como el nuestro.

La incidencia de la diabetes tipo 2 aumenta con el IMC; y, particularmente, con la acumulación de grasa abdominal, lo cual también está asociado con la resistencia a la insulina y un mayor riesgo para desarrollar enfermedad cardiovascular.


Enfermedad cardiovascular

De acuerdo a un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad cardiovascular (ECV) es responsable de más del 30 % de todas las muertes en todo el planeta. Muchas de estas muertes son potencialmente previsibles si pudieran reducirse con efectividad los factores conocidos de riesgo cardiovascular.







Los estudios epidemiológicos han demostrado una fuerte relación entre la obesidad y la ECV; así como entre la obesidad y los factores específicos de riesgo cardiovascular, tales como la presión alta y el colesterol elevado.





Vigilando el peso

El peso de una persona se mide a través del índice de masa corporal (IMC), dividiendo el peso sobre la talla al cuadrado. Se considera que una persona está bien nutrida cuando el IMC está entre 20 y 25 Kg/m2. Entre 25 y 30 Kg/m2 se dice que está en sobrepeso. Por encima de 30 Kg /m2 se indica que la persona ya es obesa y si éste índice señala más de 40 Kg/m2 se estaría hablando de un obeso mórbido, poniendo en peligro su salud.



Manejo de la obesidad. En opinión del especialista Jaime Villena, el principal objetivo es la prevención. "Lo primero es prevenir a la gente que tenga obesidad, a través de una campaña que explique que la obesidad es un problema para los adultos y niños; en segundo lugar eliminar la idea que ésta es un sinónimo de buena salud y, finalmente educar a la gente a saber escoger los alimentos, siendo la comida natural la más recomendable", precisa el especialista.


Señala que el estilo de vida condiciona el desarrollo de la obesidad, por lo que hay que cambiarlo a través de la cantidad de alimentos que se ingieren, así como la práctica de alguna actividad física, obviamente sin llegar a excesos. "Ocurre que contamos con una rica comida y todavía no tenemos conciencia de la importancia de la actividad física”.

El hacer ejercicios debe ser parte de la rutina diaria de las personas, indica Villena. En el caso de las personas diagnosticadas como obesas, lo primero es educarlas para que sigan una dieta con bajas calorías acompañada de algún ejercicio.








A ello se puede sumar el uso de fármacos, de modo complementario, que ayudan a bajar de peso.Entre los fármacos que ayudan al tratamiento de la obesidad podemos mencionar pastillas que quitan el apetito, además de aquellas que inhiben la absorción de las grasa. Cabe señalar los resultados no son inmediatos, la terapia es a largo plazo, pero manejable. Para el caso de la obesidad mórbida, es decir para personas que no pueden bajar de peso bajo los dos métodos anteriores, existe otra alternativa que ya se está ensayando y es la intervención quirúrgica que está dando buenos resultados.


Respecto a la cantidad de peso perdido, se estima por lo menos que la persona pierde entre dos y tres kilos por mes o un 15 % aproximadamente. Si esto se logra, entonces el tratamiento va por buen camino. Hay que señalar que para una persona obesa por muchos años, resulta difícil que llegue a ser una persona delgada.