lunes, 5 de marzo de 2012

El deporte





Al practicar algún deporte en forma regular, y por supuesto sin cometer abusos ni sobreentrenamientos, se está favoreciendo al funcionamiento del cuerpo. Cada órgano o sistema tiene una reacción determinada cuando se hace ejercicio.


El deporte beneficia, en primer lugar, al sistema cardiovascular, ya que reduce el riesgo de arterioesclerosis y la posibilidad de un accidente coronario, además de bajar la presión sanguínea. Ayuda a adelgazar y, como consecuencia, facilita el trabajo del corazón. Provoca una dilatación de los vasos periféricos, ya que llega a ellos mayor cantidad de sangre; el corazón, como cualquier músculo, se desarrolla más cuanto más trabaja, se vuelve más eficiente y cada vez mueve mayor cantidad de sangre, así que el número de contracciones que necesita es menor y disminuye la demanda de oxígeno.


En el sistema respiratorio, los beneficios son evidentes: aumento de la capacidad de ventilación del pulmón y del consumo máximo de oxígeno. El esqueleto y la musculatura se ven favorecidos, ya que el deporte retrasa la pérdida fisiológica de masa ósea; mejoran así la artrosis, la osteoporosis y la artritis reumatoide. Los músculos se vuelven más resistentes y elásticos.


Cuando el cuerpo se mueve, los órganos internos también lo hacen, el intestino aumenta su motilidad, lo que reduce el estreñimiento; además se ha comprobado que la práctica deportiva disminuye la incidencia de cáncer de colon.


Gracias al deporte, los riñones reciben mayor irrigación sanguínea, lo que mejora su funcionamiento a largo plazo. En el plano endocrinológico, el primer beneficio proviene de la disminución de peso, porque el cuerpo utiliza los azúcares para obtener energía, pero llega un momento que empieza a utilizar las grasas. Si hay beneficiarios de la práctica deportiva éstos son las personas con estrés; la mayor vascularización de las células nerviosas causa un aumento en la capacidad neuronal, el sistema nervioso entero recibe beneficios, las reacciones son más rápidas, mejora la capacidad de coordinación y la percepción visual. La salud mental es otro de los mejores efectos, en primer lugar, por la correlación entre la psique y las enfermedades físicas; y en un segundo, por un aumento de las aminas cerebrales: dopamina y serotonina. Este incremento y sobre todo el ritmo regular de secreción de las llamadas “moléculas del placer” trae como consecuencia mejoras en los estados de ansiedad, angustia y depresión.


Por último, y no de menor importancia, se destaca un beneficio social que trae practicar deporte , ya que se previene la drogadicción, el alcoholismo, el tabaquismo y la delincuencia, y los deportes de equipo son un excelente medio de integración social.